viernes, 22 de junio de 2007

hISTORIA: San Miguel de Allende en el Contexto de Mesoamérica.

ARTURO MORALES TIRADO


San Miguel de Allende en el
Contexto de Mesoamérica.

Aproximación a la comprensión de la sociedad sanmiguelense.





Esta es una aproximación a la relación entre las personas que habitan la zona de San Miguel de Allende y el Noreste de Guanajuato con la herencia cultural milenaria de los indígenas mesoamericanos que se desarrollaron en toda Mesoamérica y la particular relación con los grupos indígenas que habitaron la cuenca alta del Río Laja en diferentes momentos.

Prólogo:

La lectura del ensayo San Miguel de Allende en el contexto de Mesoamérica es como viajar por la Vía Láctea, tendiendo, como punto alfa, la ceremonia votiva de la llegada de los xúchiles, el sábado anterior de la fiesta del Arcángel San Miguel y como punto omega, la aparición del árbol cósmico (Wakah Chan) en cuyos brazos reposa la hermosa mujer venida del inframundo, mazorca de maíz –el dorado teozintle-, simiente y sementera, sustancia primordial que, en manos de los dioses, se transforma en las mujeres, las cuales poblarán el mundo. De esto hace por lo menos ocho mil años. Es como contemplar la película de adelante hacia atrás, como aconsejan los que hacen historia (Jean Chesneaux), revirtiendo la relación pasado – presente.

Ocho mil años después, San Miguel de Allende, crocevia de las culturas, punto de conjunción de las geografías, volcán, sierra y desierto; los hombres aquí y ahora, respirando los paisajes a tierra mojada, a polvo, a madera resinosa, con una oscura sensación de lo Deja Vú. Arturo Morales nos lleva de la mano, desde el San Miguel llamado el Viejo, a unos cuantos tiros de ballesta del franciscano Izcuinapam, espacio de las correrías del legendario Conín (Hernando de Tapia) y corazón de un señorío que ya hace mil años esa sólo ruinas, no lejos de donde se levantaría la ermita, mensajera en su pórtico de una buena nueva en la que no habrá ni vencedores ni vencidos, porque Cristo toma el rostro y el corazón del indígena para sufrir otra vez la pasión, en una eternidad prisionera de los calendarios rituales y en un espacio de cinco esquinas, compartido con el día y la noche. No lejos, el área sacra de un pueblo que desapareció hace más de mil años, dejando las huellas de su paso, ahí a orillas del padre río, el Laja, que un tiempo hizo florecer entre sus afluentes una verdadera Mesopotamia desde el Xoconostle, hasta el valle ameno, ahora ojo de agua gigantesco que mira al cielo, llamado presa Ignacio Allende.

Prototoltecas, teochichimecas, purépechas, otomíes, náhuas, … culturas de frontera. Los imperios avanzan, retroceden, desaparecen. Chupícuaro, cultura matriarcal, en donde las mujeres son las diosas de la abundancia, de la alegría, del amor desde el risueño gesto de sus estuatillas y los senos generosos en las vasijas; Cañada de la Virgen, centinela misterioso de un mundo integrador del cielo, el mundo y el inframundo, verdadero panteón, síntesis y relicario de la cultura mesoamérica (de ahí la dificultad para clasificarla dentro de un horizonte cultural definido). Una pirámide menor, -cada día más profanada-, con su patio hundido vigila desde lo alto en la garganta del río Laja que limitaba en lo que llamamos mesopotamia de la frontera mesoamericana, ahora cubierta por las aguas de la presa.

Las culturas de San Miguel, siempre fueron sincréticas. La Tonántzin azteca y la Madre Vieja otomí se traslapan y los santuarios cristianos se sobreponen también, el uno sobre la pirámide ritual del otro, coincidentes ambos en la veneración a lo femenino, a lo bello, a la fecundidad primordial de la madre tierra; lo mismo en Comonfort, que en el Santuario de la Virgen de los Remedios, cerca del antiguo Xichú de Indios.

En la fachada lateral del templo del oratorio, la Virgen de la Soledad, de rodillas, desgrana las cuentas del rosario y sus lágrimas toman la vida en la rosa cantera, en forma de rizar de olas, o de ondular en la sierpe del edén original, hermanada con la serpiente pájaro, que tiene en común con aquella el atributo de la sabiduría.

En los nichos de las estaciones del vía crucis, sincretismo también: La cruz cristiana aparece siempre engalanada con hojas de maíz. ¿punto de llegada del largo viaje del Teozintle en las manos de los dioses mayas del Chilam balam? Cruz – Tláloc y Teozintle.

Máscara y sincretismo, no solo en el Cristo de San Miguel Viejo, con su rostro de mazehual indígena, sino también en la iglesia principal de la Ciudad, en donde un otomí genial, maestro de obras, dicen que analfabeta, le cubre el rostro barroco para ponerle una máscara gótica , aunque el resto siga siendo el mismo. Los antiguos y temidos rayados chichimecas se disfrazan ahora de moros y cristianos, extrañas mezclas de suavos franceses, cowboys y pieles rojas de película.

Sincretismo dinámico y abierto. Enmascaro mi existencia el día de San Antonio cuando me voy con los locos a bailar, disfrazado de lo que mi subconsciente siempre añoró y tomo la vieja costumbre de un pueblo del sur del Estado, de llevar mañanitas al santito, después de una noche en vela y de iluminar las calles amodorradas con faroles en forma de estrella que inundan la alborada.

Desde mi refugio en Montecillo de la Milpa (montecillo, no relacionado con el pequeño monte, sino con el nombre de Amontesi (Montezuoma o Moctezuma), veo que los cohetes suben al cielo y se rompen en mil estrellas de colores. El mayordomo / chamán de la Cuadrilla (la comunidad en fiesta) zahumará a los padrinos que traen la cera y la flor para la fiesta, mientras los trinos de las campanas en la espadaña de la iglesia, se elevan en forma de volutas. En la fiesta de San Isidro Labrador, sustituto cristiano de Tláloc, la lluvia llegó este año puntualmente a la región del río Laja para celebrar el viejo rito del amor, de la fecundidad y de l vida.

Abajo duerme el cauce seco del río con su pereza de siglos. La lluvia empieza a caer mansa y tibia. Me viene la gana de retomar el libro de Arturo Morales Tirado, como la guía del peregrino por Mesoamérica, camino de Izcuinapam en busca de mis orígenes y de la comprensión exacta de mí mismo.


Mayo del 2006, Montecillo de la Milpa, Allende, Guanajuato.

Dr. Ph. Jesús Peña Rodríguez.


INTRODUCCIÓN:


El presente trabajo es una aproximación al mejor entendimiento y comprensión de compleja sociedad que convive en los albores de este siglo XXI en San Miguel de Allende y el noreste del estado de Guanajuato.

Está dirigido a los visitantes mexicanos y extranjeros que asisten a esta bella región del altiplano central mexicano por recomendación o comentarios de otros visitantes, quienes, en primera instancia, no conocen la compleja e intrincada trama social de esta pequeña pero cosmopolita comunidad sanmiguelense, reflejo de su tiempo, espacio y circunstancias: políticas, económicas, sociales, culturales y ecológicas; donde las personas que han ocupado este territorio aledaño al sur del Alto río Laja han influido por más de dos mil quinientos años en el entorno rural y urbano, transformándolo aceleradamente en los últimos sesenta y cinco años.

La lectura de San Miguel de Allende en el contexto de Mesoamérica, es también un pretexto para que los extranjeros que vienen a este bello lugar guanajuatense, puedan practicar el idioma español a partir de este tema fundamental en la comprensión de las diferencias y coincidencias entre mexicanos y extranjeros, partiendo del diálogo permanente, para conducirnos a un mejor entendimiento, conocimiento profundo de nuestro espíritu y motivaciones, que a la vez, nos muestra diferentes y promueve una mejor convivencia: respetuosa, con sentido de vida y valores compartidos.


Arturo Morales Tirado



A Sara, el alma del Centro Bilingüe de San Miguel,
A Ximena, el reto personificado de nuestro esfuerzo de vida,
a Mónica, la lección amorosa y vital para existir,
a los docentes del Centro Bilingüe de San Miguel,
compañeros de travesía en el arte placentero de la
enseñanza – aprendizaje,
a los alumnos del Centro Bilingüe de San Miguel, cómplices en la promoción delos valores e identidad sanmiguelense.

Por la erudición y generosidad de nuestros maestros.
Por la sabiduría y sencillez de los guardianes de la mexicanidad.

Para nuestros amigos entrañables.



San Miguel de Allende, Guanajuato. Mayo del 2006.


I. El contexto en la comprensión de México y Mesoamérica.

A manera de antecedente paralelo a este tema, es preciso comprender el concepto de contexto, que, a partir del Siglo XX la escuela historiográfica conocida como Les annales de los nuevos historiadores franceses del siglo XX, entre otros: Marc Bloch, Lucien Lefebvre, Fernand Braudel, Emmanuel Le Roy y Jacques Le Goff, comenzaron a proponer la revisión de los tiempos pasados de la humanidad a partir del contexto.

Con el contexto podemos comprender la realidad de ayer y hoy a partir de tres grandes factores, todos ellos entrelazados entre sí, estos elementos son: tiempo, espacio y circunstancias o accidentes.[1]

Desde el origen del Universo, hasta los tiempos del cambio climático, siempre han existido: un tiempo, un espacio y circunstancias específicas que han marcado cada momento del cosmos desde sus generalidades hasta sus situaciones particulares.

Todos los seres sociales, además del tiempo y espacio, presentan circunstancias específicas: de gobierno (Políticas), de administración de recursos (económicas), de su forma de interactuar entre ellos (sociales), su herencia pasada y sus visiones o intuiciones de futuro (culturales) y la forma en que se relacionan con su entorno (ecológicas).



Como otro antecedente, podemos señalar tres grandes revoluciones en la humanidad: la neolítica, la industrial y la posmoderna.

En la revolución neolítica, el ser humano domesticó algunas plantas para su consumo como alimento (cereales la mayoría) generó excedentes de alimento, comenzó a establecerse en aldeas para hacerse sedentario y contó con mayor tiempo libre para la reflexión de su papel en el Universo ante su comunidad y otras, a partir de lo cual, fueron formando las diferentes civilizaciones. En esta etapa se comenzaron a generar las religiones a partir de mitos y rituales, lo anterior, con la finalidad de que la elite en el poder tuviera control sobre la masa donde él grupo dominante fueron los líderes.

Esta revolución ocurrió en Mesoamérica cerca del año 7,000 años antes de nuestra era, donde la agricultura se desarrollo a partir del teozintle o maíz primitivo. En Mesopotamia e India, fue a partir del Trigo, en China a partir del arroz y en el altiplano andino a partir de la papa y otros tubérculos.

La revolución industrial ocurrió a partir de la aplicación en la industria de la fuerza motriz en base a la máquina de vapor, evento que ocurrió en Inglaterra a mitad del Siglo XVIII. Ésta, entre otras consecuencias, transformó la forma de la producción y estableció las condiciones económicas del liberalismo y la expansión del comercio en todo el Planeta.

La revolución posmoderna, aún la estamos viviendo, está marcada, según el sociólogo colombiano Fernando Mires, por varias revoluciones (emblemáticas), ligadas entre sí, a saber: i) feminista (aparición de la píldora anticonceptiva en 1966); ii) la política ( promoción de la democracia y rechazo al autoritarismo como lo manifestado en 1968 en México, el movimiento hippie, la lucha por los derechos humanos); iii) Revolución microelectrónica (micro – chips y su implicación en la comunicación, cibernética y vida industrial y empresarial); iv) ecológica o los efectos del ser humano en el entorno y sus implicaciones negativas en la biodiversidad y el medioambiente.[2]

Finalmente, como síntesis: la revolución paradigmática, marcada por el rápido cambio de los modelos y patrones políticos, económicos, sociales, culturales y ecológicos a los que el ser humano tiene que dar respuesta.

El contexto dinámico del ser humano.


Recapitulando, los factores del contexto ocurren todos a la vez, en un tiempo – espacio y circunstancias específicas para cada individuo, comunidad, región, País, continente; todos ellos son importantes para la comprensión de las civilizaciones que han compartido un tiempo específico, o bien, un espacio con otros.

II. Contexto de Mesoamérica

Mesoamérica es un concepto creado por Paul Kirchof en 1943 para definir un territorio (espacio) ocupado por indígenas que compartieron rasgos culturales, propios de una civilización, expresados en diferentes formas culturales de acuerdo al entorno o medio ambiente en que vivieron.[3]


En el caso de mesoamérica, debemos mencionar que fue una civilización originaria como lo fueron las civilizaciones de la región andina, Egipto, Mesopotamia, Valle del Indo y el Valle del río Amarillo en China. Miguel León Portilla nos refiere lo siguiente: Muchas civilizaciones han existido a lo largo de la historia universal. Han nacido se han desarrollado y han muerto ose han transformado. Peroles procesos civilizatorios, hay pocos que deben reconocerse como originarios, es decir, que su origen se ha producido autónomamente, como ocurre en el caso de Mesoamérica.[4] [5]
El mimo autor nos da más luz sobre el contexto, concepto de cultura y civilización: Captar la diferencia que hay entre cultura y civilización es importante en este contexto. El concepto de cultura, en su sentido antropológico, comprende el conjunto de atributos y elementos que caracterizan a un grupo humano, así como cuanto se debe a su creatividad. En lo que concierne a aquello que lo caracteriza, sobresalen sus formas de actuar y vivir, valores y visión del mundo, creencias y tradiciones. En lo que toca a su capacidad creadora, son clave sus sistemas de organización social, económicas y religiosa, sus formas de comunicación, adquisición y transmisión de conocimientos, adaptación al medioambiente y aprovechamiento de sus recursos. En este sentido, todo lo que hace y crea un grupo humano es, en última instancia, cultura.

Miguel León Portilla, doctor en antropología, investigador, políglota autodidacta, desde el náhuatl hasta el alemán, discípulo de Ángel María Garibay, maestro innumerables investigadores y humanistas como Alfredo López Austín, agrega: El concepto de civilización, en su acepción antropológica, no se contrapone a cultura, sino que es una forma más desarrollada de ella. En una civilización hay vida humana, es decir, ciudades y formas más complejas de organización social, política, económica y religiosa, especialización y creaciones tales como precisos cómputos del tiempo, escritura, centros educativos y producción de lo que hoy llamamos arte.[6]

La aparición de la agricultura.

El tiempo mesoamericano, para una mejor comprensión se ha dividido en cuatro fases cronológicas, una previa a la historia o época arcaica y tres horizontes históricos: Preclásico o Formativo, Clásico (incluido el epiclásico) y Posclásico.

En la época arcaica, se presentó en Mesoamérica la domesticación del maíz primito hace cerca de 7,000 años antes de nuestra era (a.d.n.e.), a partir de este evento se comenzaron a formar las primeras aldeas de indígenas sedentarios, probablemente, con esquemas de gobierno comunitario, logrando un excedente en la producción de alimentos y por lo tanto en el almacenaje temporal de ellos para contar con alimento durante todo el año, administrando estos recursos y otros relativos a las diferentes tareas y jerarquías formadas en la comunidad primitiva.

En lo social, los primeros clanes comunitarios se desarrollan a partir de la familia en diferentes patrones, dependiendo del entorno.

Al tener excedentes de alimento y aumentar el tiempo libre, los primeros mesoamericanos que formaban parte de la elite, comenzaron a crear mitos para compartir con la comunidad en rituales colectivos y de esta forma se fue generando la religión mesoamericana junto a los primeros rasgos culturales, expresados en los objetos que trascendieron a su presente y manifestando sus anhelos en el futuro.


Sitios de domesticación temprana del Maíz en Mesoamérica.

Junto a la producción del maíz primitivo con la agricultura temprana, el mesoamericano colectaba semillas, comenzó a utilizar los recursos de sus ecosistemas para aumentar sus niveles de calidad de vida y procuró una vida simbiótica con el medio que lo rodeaba.

El tiempo mesoamericano.

En términos generales, podemos afirmar que la comprensión del pasado prehispánico, de lo que actualmente es la república mexicana, comienza por comprender el tiempo y el espacio mesoamericano. En cuanto a la cronología de los diferentes grupos culturales indígenas, las líneas del tiempo se orientan generalmente por regiones fisiográficas o correspondientes a diferentes ecosistemas y sitios geográficos, donde, para una mejor comprensión se establece el tiempo arcaico o prehistórico, desde la aparición de los primeros cultivos de maíz primitivo o teozintle, hasta la aparición de los primeros sitios habitados como centros de poder teocrático, inscripciones, petroglifos narrativos y descriptivos de conceptos y eventos de la vida comunitaria. Estos eventos ocurrieron, en lo general, de 7,000 años antes de nuestra era, hasta unos 2,000 años antes de nuestra era.[7]

Después de este momento, los historiadores de mesoamérica han establecido tres horizontes históricos para una cejor comprensión de la evolución de la civilización mesoamericana, a saber: el horizonte Preclásico o Formativo que va de 2,000 años antes de nuestra era a 40 años antes de nuestra era. El horizonte Clásico que va de: 40 años antes de nuestra era hasta 1,100 años después de nuestra era. Finalmente, el horizonte histórico del Posclásico que abarca del 1,100 al 1521, año en que cayó conquistada México – Tenochtitlan.

Línea del tiempo de Mesoamérica.
Versión Mesoweb resources.[8]

La frontera flexible de Mesoamérica.

Los límites geográficos de Mesoamérica fueron variando de acuerdo al contexto transformado al paso del tiempo. De tal suerte, el territorio de Mesoamérica abarcó al Norte: desde el sur del actual estado de Sinaloa, pasando por parte de los Estados de Nayarit, Zacatecas, Guanajuato, San Luís Potosí y Tamaulipas y se extendió hasta el Noroeste de Honduras. En este territorio, donde los señoríos estaban determinados por la metrópoli o ciudades dominantes, las fronteras fueron flexibles y se movieron constantemente. Hoy en día, se discuten sitios arqueológicos como integrantes o no de Mesoamérica, tal es el caso de los sitios arqueológicos en el Estado de Guanajuato conocidos como: Cañada de la Virgen o el Cóporo.

Mapa de Mesoamérica, de acuerdo a Luís Vitale.[9]

La frontera de Mesoamérica en el Norte de Guanajuato.

Como parte del contexto de la región norte del Estado de Guanajuato, a partir de San Miguel de Allende, hacia el Norte, se extiende el Altiplano Central Mexicano, el cual es un semidesierto con precipitaciones menores a los 500 mm., de lluvia por año, abarca, además del Norte de Guanajuato, parte de los Estados de: San Luís Potosí, Aguascalientes, Zacatecas, Chihuahua, Coahuila, Texas, Nuevo México y Arizona, todos ellos parte de Aridoamérica, otra región cultural prehispánica.

Por lo anterior, la frontera fisiográfica entre el semidesierto del Norte de Guanajuato y el Eje Neovolcánico que comienza en el volcán Los Picachos, al sur de San Miguel de Allende, coincidió muchas veces con la frontera entre: Mesoamérica y Aridoamérica; otras tantas, lo fue el cauce del río Lerma.

Mesoamérica en el siglo XXI.

Hoy en día, el territorio mesoamericano, está demarcado, de alguna manera, por las lenguas indígenas que se hablan en la actualidad y que constituyen una herencia cultural de miles de años manifestada en la comunicación cotidiana y su influencia en otras esferas de la cultura regional.

Lenguas mesoamericanas nativas en el siglo XXI.

En la actualidad existen más de cinco millones de indígenas que hablan cerca de 70 diferentes lenguas en México y Centro América, precisamente, en lo que fue Mesoamérica.

De acuerdo a la Promotora española de lingüística, existen cuatro grandes familias y un conjunto de lenguas nativas nuevas sin una familia definida.

De la familia de lenguas mayenses: quicheano mayor, Ixil – Man, Kanjob, Cluj, Cholana, Yuacateco y Huasteco.
De la familia de lenguas Mixe – Zoque: Mixeano, Zoqueano, Totonaco, Hokano. De la familia de lenguas Otomanques: Otopame (hablada en el Norte – Noreste del Estado de Guanajuato), Mixtecano, Zapotecano, Popolocano, Mange, Tlapaneco. De la familia Yuta – Nahua, o Yuto – azteca: nahua, Kora. Por último de las lenguas nativas recientes: el Lenkano. De todas éstas derivan cerca de 70 lenguas nativas con hablantes hoy día en el territorio de la antigua Mesoamérica.

Mapa de las lenguas indígenas habladas en la actualidad, de acuerdo a: Promotora española de lingüística.[10]


III. Horizontes históricos en Mesoamérica.

En síntesis, podemos mencionar cuatro grandes épocas históricas para el desarrollo de Mesoamérica, las cuales incluyen el Arcaico, el Preclásico o formativo, el Clásico, donde algunos autores hacen la diferenciación de un horizonte de transición llamado Epiclásico o Clásico tardío (de transición) y por último el Posclásico. Éstos están caracterizados con el declive de Teotihuacan, Palenque y Monte Albán.

Como una característica de los tres últimos horizontes históricos cabe mencionar la manifestación política en la forma de gobierno como un reflejo del contexto vivido por los mesoamericanos en distintos tiempos, así tenemos que en el horizonte preclásico el gobierno fue teocrático; en el clásico fue teocrático – militar, y en el posclásico fue netamente militar.

Algunos autores como Felipe Solís, consideran que el Preclásico terminó cerca del 200 de nuestra era, el Clásico hasta el 900 de nuestra era, y el Posclásico incluyo un período temprano (hasta el 1200) y uno tardío. El se ha basado en la cronología del pueblo mexica.[11]



El maíz en el origen de Mesoamérica.

Con la domesticación del maíz primitivo, llamado teozintle, por parte de los primeros mesoamericanos, se dio la revolución cultural necesaria para el desarrollo de la civilización mesoamericana. La aparición de la agricultura en esta región trajo como consecuencia la vida sedentaria, la sofisticación en los rituales de vida y muerte, y la creación del sistema religioso que prevaleció en Mesoamérica hasta la llegada de los españoles.

A su vez, el maíz estuvo ligado a la religión y teogonía de los primeros pueblos indígenas mesoamericanos, así como a todo un proceso cultural fundamentado en los productos alimenticios generados del grano del maíz como elemento principal en la dieta de los mesoamericanos.




Teozintle .

Piperno et. al. Considera que la domesticación del maíz ocurrió hace 8,000 años, en la llamada Cueva de los Ladrones.[12] Para otros como Enrique Florescano, la domesticación del maíz ocurrió hace 9,000 años, de acuerdo a las evidencias de cuevas del río Balsas, o la cueva de Guila Naquitz en Oaxaca.[13]

Antonio Tourrent, menciona que el maíz primitivo fue llevado a Centroamérica donde se hibridó, de regreso en Mesoamérica, las mujeres comenzaron la práctica del nixtamal que consiste en agregar cal (Ca(OH2)) a la masa del grano de maíz en su proceso de cocción con el propósito de preservar a ésta, además de adicionar minerales al producto.

En cuanto a la cosmogonía, Florescano nos refiere que en Palenque aparece la inscripción Hun Nal Ye o “Uno Maíz”, que fue el momento en que el “cielo” se dividió en 8 partes, al momento que aparecía el Wakah Chan o “árbol cósmico”, donde lleva él, la semilla preciosa del maíz en forma de mujer preciosa que viene del inframundo.[14]

Cristóbal Colón, llevó el maíz a España, pero en Europa no realizaron el proceso de nixtamal por lo que las tortillas no se conservaron y enfermaron a los que las comieron, vino la prelaga, por lo que se pensó en el viejo continente que el maíz era adecuado sólo para los indígenas o como excelente forraje. Esta idea prevalece hasta nuestros días en algunos ciudadanos de países del hemisferio norte, ya que el maíz se ha utilizado en Estados Unidos, y Canadá como forraje y muchos visitantes en San Miguel de Allende piensan que les puede enfermar el maíz de aquí.

Cultivo del maíz,
Diego rivera
Fragmento de mural en Palacio Nacional.


De las primeras comunidades arcaicas cultivadoras del maíz en el Anáhuac, podemos contar a Tlatilco y Zacatenco.

El preclásico en Mesoamérica.

Los olmecas son el grupo cultural mesoamericano más conocido del horizonte preclásico, sus sitios más famosos son: San Lorenzo, La Venta y Tres Zapotes, estos, se desarrollaron cercanos a la costa sur del Golfo de México.[15]

Para López Austin y López Luján, las características principales del preclásico fueron: la generalización del sedentarismo agrícola, y el surgimiento de sociedades jerarquizadas.[16] Muchos autores acotan esta etapa con un tipo de gobierno teocrático.

Cabeza colosal en Tres Zapotes.
Por: Philip Baird.[17]

El preclásico en la zona del río Laja.

En la cuenca del río Laja, los arqueólogos han encontrado vestigios de la cultura Chupícuaro, con una edad aproximada de hasta 2,500 años de antigüedad. Estos vestigios son: figurillas de cerámica conocidas como Venus, por estar asociadas a los símbolos de fertilidad (principalmente por sus caderas anchas), y algunas pipas ceremoniales.

Figura femenina en cerámica
Museo de Nuevo Chupicuaro, Guanajuato, México.

Como en muchos pueblos y culturas del preclásico, en Chupicuaro se dio el comienzo de la estratificación socioeconómica, representado en la alfarería, manifestación de la complejidad de esa sociedad. Las esculturas mencionadas fueron fechadas entre 400 años a. de C. hasta 200 años d. de C.

Estos pueblos se establecieron a los márgenes de ríos y lagunas de la cuenca media del río Lerma y comenzaron a configurar las primeras unidades domésticas. En la región del río Laja, no se presentaron estructuras monumentales (pirámides), pero sí, tumbas y entierros rituales, donde se han encontrado vasijas antropomorfas, cerámica en rojo, negro, café, blanco sobre rojo, todo ello, como un ejemplo del arte funerario de Chupicuaro, en ellas se aprecia la pintura corporal, turbantes y vendas frontales, el culto a la maternidad y la fertilidad.[18]

El horizonte clásico en Mesoamérica. Palenque, Chiapas.

En el horizonte clásico, se formaron sociedades urbanas estables en lo interno durante largos períodos de tiempo. Surgieron en Mesoamérica ciudades como: Teotihuacan, Monte Albán, Tikal, Calackmul, Palenque, Copán, etc.

En Palenque, podemos observar textos inscritos con jeroglíficos en bajorrelieves, estelas, murales, además de lo expresado en esculturas y pinturas murales.[19]

La gran mayoría de los sitios importantes por su complejidad social y tamaño de sus construcciones en la Mesoamérica clásica, fueron destruidos o, en el mejor de los casos, abandonados entre los años 750 a 850 de nuestra era.

Para muchos investigadores, quizá fue la conjunción de varios factores lo que determinó el colapso de muchos de estos sitios, entre otros: factores ambientales, ligados a prolongadas sequías (al menos dos fenómenos del “niño” ligados), lo que disminuyó la producción de alimentos por años consecutivos, aunado a un acelerado crecimiento demográfico, expansión urbana, concentración de poder político, económico y militar, favoreciendo a una elite que comenzó a perder estabilidad ante las revueltas populares.[20],[21]

Palenque, Chiapas.

En ocasiones, como en Palenque, el colapso ocurrió en momentos en que se llevaba a cabo remodelaciones o nuevas construcciones, por lo que la interpretación de los factores que produjeron esta caída en la zona maya continúa con muchas lagunas.[22]

Yaxilán y Bonampak.

En la zona maya se consideran al menos cinco regiones diferentes con miles de sitios arqueológicos, relativamente, recién investigados, o que van de los últimos 30 años a la fecha. De alguna manera, en ellos, podemos observar características que se presentaron en el horizonte clásico en toda Mesoamérica como fue la presencia de sociedades gobernadas por una elite que reunió el poder político con el militar y religioso debido a las pugnas por mejores tierras, puertos, o puntos estratégicos en la expansión de algunas de estas ciudades.[23]

Reproducción de los murales de Bonampak, Chiapas. Reproducción en el Museo Nacional de Antropología, México.

En murales y bajo relieves como los de Bonampak o Yaxilán, Chiapas, se puede observar escenas de guerra y de pueblos sojuzgados: dominantes - vencedores sobre dominados – vencidos.




Jainá, Campeche.

En este período de tiempo, la cultura mesoamericana desarrollo expresiones estéticas que reflejaron a la vez, emociones y espíritu hacia el entorno, tal es el caso de las figurillas de barro de Jainá, Campeche, con una plasticidad y movimiento único.

Con este tipo de cerámica, podemos apreciar también la personalidad propia que cada sitio trato de mantener a pesar de la influencia de ciudades cosmopolitas o muy dominantes.

Figura sedente en movimiento. Jainá, Campeche.

Investigadores como Román Piña Chán, las consideraron figuras de una belleza única, con pureza de estilo, quizá por el carácter insular del sitio (Jainá, significa casa en el agua).[24] A fin de cuentas, este sitio del clásico tardío, como muchos otros, fue un pueblo guerrero, cazador, pescador y practicó el comercio.

Monte Albán, Oaxaca.

En los valles centrales del Estado de Oaxaca, se desarrolló la cultura zapoteca por más de 1,200 años, alcanzando en el clásico, la cúspide se su desarrollo como sociedad sofisticad y compleja, con elementos arquitectónicos, escultóricos, pictóricos, decorativos, de alfarería, orfebrería, etc., que demuestran lo anterior.

La ciudad de Monte Alban, fue construida en una meseta artificial donde existió la ciudad por más de mil años, con su peculiar estilo de tableros escapulario.[25]

Tumba con decoración escapulario.
Monte Albán, Oaxaca.

Como muchos otros sitios del clásico, Monte Albán fue diseñada bajo un plan de desarrollo ligado al paso de los astros, los cuales constituían los referentes principales para establecer los calendarios agrícola y ritual, base de las actividades relacionadas con la religión mesoamericana.

Monte Albán contó con: tumbas rituales, juego de pelota, edificios con patio hundido, plataformas, edificios de gobierno, templos, observatorio astronómico, cerámica, orfebrería, bajorrelieves, escultura y pintura mural. Solo de 1931 a 1943 se localizaron 180 tumbas, siendo una de las más famosas la número siete. En el Clásico, Monte Albán fue la ciudad más longeva de Mesoamérica, y desde luego, el centro de poder zapoteca más importante.[26]

Teotihuacan, Estado de México.

Acudir a la ciudad de Teotihuacan representa: asistir a la celebración del mito mexica del nacimiento de los dioses y al diseño urbano cósmico de hace dos mil años que crearon los antiguos arquitectos y sabios teotihuacanos que ubicaron a la ciudad como extensión y vínculo permanente entre ella, la región, el planeta y el universo.

Esta ciudad que llegó a tener una población entre 80,000 y 120,000 habitantes, fue una de las más habitadas en su tiempo y la más cosmopolita en la Mesoamérica de la época Clásica.
Hoy en día es el sitio más investigado y quizá el más espectacular de los sitios arqueológicos prehispánicos de México, es el puente cultural y social entre las épocas formativas y posclásicas mesoamericanas, lo cual, nos permite comprender las raíces y fundamentos de lo que hoy en día está plasmado en nuestra iconografía e idiosincrasia mexicana como pueden ser los usos de los espacios públicos para sociabilizar el conocimiento, las ideas y la ideología del momento.[27] Cabe mencionar que la evolución de la investigación en este sitio a marcado en mucho la evolución de la comprensión de Mesoamérica, ya que en la época de Don Manuel Gamio, (1935) algunos visitantes (hoy célebres en San Miguel de Allende), como Stirling Dickinson y Heath Bowman, nos hablan de Teotihuacan como un sistio tolteca y sin el concepto de Mesoamérica.[28]

Otros autores, estiman que la población de Teotihuacan llegó a ser de más de 200,000 habitantes ocupando una extensión de 20 Km2, pero lamentablemente, desde su decadencia, la ciudad se ha visto expuesta a saqueos permanentes, los últimos ocurridos en enero del 2006, hechos denunciados por la doctora Linda Manzanilla, investigadora en Teotihuacan con más de 20 años en el sitio.[29] Es por cierto, esta investigadora, quien dirigió la excavación en la gruta natural debajo de la pirámide llamada del sol, donde al encontrar osamentas de infantes y una máscara asociada a Tláloc, Dios del agua de lluvia, se ha inferido que esta gran pirámide estuvo dedicada a esta deidad.

Teotihuacan, por su importancia en la civilización mesoamericana ha sido uno de los sitios arqueológico más explorado en México. En los últimos 10 años se han desenterrado 30 nuevos entierros, en la llamada pirámide del sol, especialistas en física nuclear de la universidad nacional autónoma de México, y arqueólogos del Instituto nacional de antropología e historia, examinan con muones (estructuras atómicas radioactivas) la estructura del edificio para poder detectar posibles cámaras en su interior.[30]

El horizonte clásico en la región de San Miguel de Allende. Cañada de la Virgen, Guanajuato.

En el Estado de Guanajuato existen más de mil sitios arqueológicos, lo que nos habla de la importancia que tuvo este sitio de la frontera norte de Mesoamérica. A su vez, El municipio de Allende (San Miguel de Allende), uno de los 46 del Estado de Guanajuato, cuenta con más de cien sitios arqueológicos, siendo el más importante, por su monumentalidad y diseño en función al movimiento cósmico, el llamado: Cañada de la Virgen.

Este sitio, para algunos autores fue un lugar con influencia tolteca,[31] pero para muchos otros representa un momento previo a la fundación de Tula, o Tollan Xicolotitlan, por lo que se le ha llamado prototolteca, a los pueblos que habitaron este sitio y otros aledaños.


Vista aérea del complejo B, del sitio arqueológico: Cañada de la Virgen,
Allende, Guanajuato. 2002.

Para la arqueóloga en jefe del Proyecto de investigación Cañada de la Virgen: Gabriela Zepeda García Moreno, este sitio es un reflejo de la importancia que tiene para la arqueología nacional el estudio de regiones poco conocidas, zonas de frontera, como Guanajuato, donde se presentan sitios de ocupación sedentaria y otros de testimonios de grupos nómadas.[32] Este lugar es representativo de la tradición de patios hundidos que se presentó en el Clásico y Epiclásico, en Guanajuato, desarrollándose entre 350 y 900 años de nuestra era. Todo lo anterior, para Gabriela Zepeda García Moreno es expresión de: un desarrollo agrícola avanzado durante la máxima expresión de la frontera mesoamericana al norte, producto de una organización y especialización del trabajo en los centros rectores.[33]Para esta autora, estos sitios de frontera fueron habitados por los prototoltecas, antes del colapso de Tula, en el actual estado de Hidalgo.[34]

El sitio arqueológico de Cañada de la Virgen, está orientado al oriente y consta de 5 complejos arquitectónicos, entre otros: dos basamentos con patio hundido (en Guanajuato la tradición de patio hundido se presenta en cerca de 200 sitios), estructura circular, estanque y una calzada de 840 metros de longitud y 18 metros de ancho. El entorno natural presenta una biodiversidad alta, con más de 150 variedades de plantas y 40 de animales. Para la autora mencionada, el sitio fue elegido como parte de un proceso de pensamiento sistémico y ordenado donde: …los cerros son ejes ordenadores para el diseño urbano.[35] A la vez, los cerros observados sirvieron para elaborar calendarios con el horizonte para poder medir y dividir el tiempo en sucesos de 7,13, y 20 días. En este diseño se puede observar que el complejo obedeció a un diseño especial para predecir el clima y asegurar el ciclo agrícola.[36]


Complejo B, del sitio arqueológico Cañada de la Virgen, Allende, Guanajuato. 2003

Otros datos importantes, para considerar del sitio arqueológico Cañada de la Virgen, ubicado a 30 Km. Al sur – oeste de San Miguel de Allende, Guanajuato; son: El sitio consta de cuatro etapas constructivas, Existen en Guanajuato más de 200 sitios con patio hundido, lo que permitía perder el horizonte desde su interior, pisar la región femenina de la dualidad y de ahí, elevarse al gran cerro; el patio hundido controló agua pluvial usada como espejo de agua y ésta, conducida al estanque o amanalli. En el sitio se han encontrado 10 entierros, hay vestigios de que existió comercio regional.[37]

Cabe mencionar, que a pesar de los problemas que se han presentado con la dueña del lugar circundante al sitio arqueológico que es propiedad federal, el avance en el conocimiento de los sitios de frontera han tenido un gran desarrollo por proyectos interdisciplinarios como lo ha sido el proyecto de investigación Cañada de la Virgen, dirigido por Gabriela Zepeda García Moreno.[38]

Cóporo, Guanajuato.

El Cóporo, en el municipio de Ocampo, Guanajuato, es otro de los cuatro proyectos que se han investigado en los últimos tres años en el Estado. Éste es el sitio más norteño de los que se encuentran en Guanajuato y representa los límites máximos alcanzados en Mesoamérica durante el horizonte Clásico.

En el Cóporo, se tienen vestigios de casas habitación en la base del cerro donde se encuentra, en la cima, una serie de estructuras de observación de astros, fechas calendáricas y rituales religiosos.[39]


Entrada al sitio arqueológico el Cóporo. Ocampo, Guanajuato.


Plazuelas, Guanajuato.

Es uno de los cuatro sitios en investigación dentro del estado de Guanajuato. Se localiza al sur de Pénjamo y por las investigaciones realizadas en los últimos tres años por el equipo del arqueólogo Carlos Castañeda, se puede observar que este sitio fue una de las ciudades más complejas de esta región fronteriza.

Se desarrolló entre 600 y 900 años de nuestra era, sobre tres laderas, donde, además de edificaciones piramidales, se encuentran: juego de pelota, edificios monumentales (casas tapadas), una extensa plataforma. Al oriente, las pirámides presentan una planta en forma de “T”, representando la entrada al inframundo. Por su parte, las pirámides del norte son de planta cuadrangular, en ellos se observa en sus paredes taludes y tableros.

Uno de los rasgos particulares del sitio, son sus piedras labradas con diferentes objetos, ligadas a la petición de lluvias. Muchas de las rocas representan elementos arquitectónicos en miniatura. [40]

La zona arqueológica, es la primera abierta al público en el Estado de Guanajuato.

Sitio arqueológico de Plazuelas,
Abasolo, Guanajuato.

El horizonte posclásico en Mesoamérica. Tzintzuntzan, Michoacán.

A 100 Kms. de Morelia, la actual capital del estado de Michoacán, se encuentra el sitio arqueológico de Tzintzuntzan, que significa lugar de colibríes y fue la capital del naciente territorio de los purépechas del lago de Pátzcuaro. De hecho, Michoacán significa lugar de lagos[41] y fue en torno a la cuenca de este lago, donde establecieron sus centros de gobierno los líderes del señorío purépecha, siendo originalmente Tzintzuntzan la capital del territorio, bajo el gobierno de Tariácuri, el cual, a su muerte, designó a Pátzcuaro, Ihuatzio, y Tzintzuntzan como las capitales de los purépechas bajo el mando de sus hijos: Hiquingaje, Hiripan y Tangaxoan, respectivamente.[42] Éste fue un territorio que mantuvo su autonomía ante el embate de los mexicas o aztecas y que llegó a tener más de 100,000 habitantes en más de 96 comunidades.[43]

El sitio presenta una combinación de estructuras rectangulares y cilíndricas en 13 niveles sobre una enorme plataforma, a la que se le conoce como Yácatas.

México – Tenochtitlan.

El islote de México – Tenochtitlan, ocupado por los mexicas o aztecas, de 1325 a 1521, después de huir por casi dos años del pueblo de Culhuacán,[44] fue la capital del último gran señorío de Mesoamérica. La saga de los mexicas fue relatada por ellos mismos en la tira de la peregrinación,[45] donde nos narran que salieron del mítico Aztlán en 1113, y después de habitar Apaxco, Tecpayocan y Chapultepec, entre otros sitios, y haber combatido como mercenarios para los tecpanecas de Azcapotzalco y culhuacas de Culhuacan arribaron al islote de México en 1325.[46]

La gran Tenochtitlan.
Mural M. Covarrubias.
Museo Nacional de Antropología.

El llamado Templo Mayor o Gran Teocalli, fue el núcleo de esta ciudad, su templo principal fue dedicado a los dioses Tláloc y Hutzilopochtli, y en esculturas como la Piedra del sol o Calendario Azteca, representaron la dualidad en las serpientes diurna – Quetzalcóatl y la nocturna – Tezcatlipoca. Lo anterior, para referir lo mínimo, del complejo sistema religioso mesoamericano, expresado en el gran panteón mexica y su complejo sistema de rituales relacionado a un sinnúmero de mitos, que a su vez, fueron la herencia cultural milenaria de Mesoamérica recibida por los mexicas a través de dos grandes tradiciones toltecas: la de los toltecas nonoalcas y la de los toltecas chichimecas.[47]


Centro ceremonial en torno al gran teocalli, de México – tenochtitlan.

Como la mayoría de los pueblos mesoamericanos del Posclásico, los mexicas fueron un pueblo que tuvo un gobierno eminentemente militar y que después de la conquista fue denostado por los cronistas españoles vencedores por lo que se han creado una serie de mitos negativos en torno a ellos, más que una visión compleja de ese grupo mesoamericano y su compleja cultura. La sala mexica en la cabecera del Museo Nacional de Antropología, en la ciudad de México,[48] nos puede dar una muestra de ello, la cual podemos completar en la visita al museo de sitio del Templo Mayor, en la misma Ciudad.[49]

Cabe recordar que en torno al anháuac, se desarrollaron otros pueblos nahuatlacas que fundaron pueblos como Azcapotzalco, Tacuba, Tenayuca, Culhuacan, Xochimilco, Chalco, Mixcóatl, etc.,

El horizonte Posclásico en el Noreste de Guanajuato.

Es importante recordar que San Miguel de Allende está en el límite Sur de lo que es el Altiplano mexicano, una zona desértica con precipitaciones inferiores a los 500 mm. / Año; con suelos sedimentarios, en general pobres para la agricultura. Esta región fue la ocupada por los grupos chchimecas (la estirpe de perros, ligados a las deidades nocturnas como Xólotl y Tezcatlipoca), que en general, estaban constituidos por los zacatecos, guachichiles, guamares y pames.

Ellos fueron colectores, cazadores, guerreros, teniendo su frontera oriente con el pueblo otomí y mazahua, y al sur con los purépechas. Los chichimecas guamares, estuvieron constituidos por dos subgrupos: los guaxábanes y copuces.

Los Chichimecas (llamados por algunos autores: Teochichimecas)[50] ocuparon lo que es el territorio actual de los municipios de: San Miguel de Allende, Guanajuato, Dolores, San Felipe, San Diego de la Unión, San Luís de la Paz, Dr. Mora y San José Iturbide.[51]


Chicomostoc en el códice
Tolteca – chichimeca.

A la llegada de los españoles a estas tierras, los otomíes, aliados con los peninsulares, por haber sido sojuzgados por los mexicas[52] (a su vez, aliados con los chichimecas por partir estos también de Chicomostoc), comenzaron a establecer relaciones comerciales y posteriormente relaciones de sometimiento por la fuerza de las armas y la imposición del catolicismo (evangelización), en un proceso que duró cerca de cincuenta años.[53]



Chichimeca.[54]

Actualmente, los chchimecas de esta región se encuentran en la Sierra Gorda de Guanajuato, cercanos a San Luís de la Paz, ellos hablan el Jonás – Chichimeca, y son descendientes de los indígenas que originalmente habitaron esta tierras a la llegada de los españoles a mediados del siglo XVI,[55] quienes fueron llamados por algunos españoles: mecos como contracción de chichimecos.
En el caso de San Miguel de Allende, fue Conín, líder otomí nacido en Jilotepec, el que comenzó la conquista de estos territorios, en un proceso de años de comercialización y de estar al servicio de la corona española. Su nombre castellano fue Hernando de Tapia, de este modo preparó el camino para que, en 1542, fray Juan de San Miguel, guardián del convento franciscano de Acámbaro (en el hoy, estado de Guanajuato) estableciera una pequeña congregación de guamares, otomíes y purépechas, antes de partir hacia Xichú de indios, en Guanajuato y Río Verde, en el actual estado de San Luís Potosí.[56]

IV. Los tiempos de la conquista.

La conquista del territorio mesoamericano, como la mayoría de las guerras de este tipo, no representan un encuentro cordial entre dos grupos étnicos totalmente diferentes entre sí. La conquista fue un período violento, como todas las conquistas, injusto, inequitativo y cruel, a la vez, se justificó esta guerra por parte de los europeos a través de la necesidad de evangelizar a los indios. Fueron los años de clímax de la monarquía española ligada al gran poder de la Iglesia católica. En esos primeros cincuenta años, se dio el largo proceso de conquista en la Gran Chichimeca, donde: otomíes, tlaxcaltecas y militares españoles como capitanes con tecnología y estrategia de guerra usada en Europa vencieron a los indígenas rebeldes contra la conquista.

Figura cimera de la conquista fue Hernán Cortés, hombre nacido en Medellín, Extremadura, que desde los 20 años radicó en América, pasando 19 en la isla de La Española, de donde pasó a la isla de Cuba, nombrado capitán de la tercera expedición de conquista en la zona continental de la Nueva España, prohibiéndole fundar colonias permanentes.

Diego de Velásquez confió en él, así, después de tres días arribó a la isla de Cozumel, con los antecedentes de dos expediciones previas, a saber: la de Francisco Hernández de Córdoba, en 1517, donde más de la mitad de los conquistadores fueron asesinados, a pesar de lo cual, exploraron Cuba, Yucatán y Florida; la otra expedición previa, fue conducida por Juan de Grijalva, quien navegó parcialmente el río que lleva su nombre en Tabasco, lo mismo que el río Alvarado (Papaloapan).[57]

Hernán Cortés fue un hombre de calculada audacia, valentía, dominio de la gente, de muy pocos escrúpulos, de sobriedad al comer y beber, avidez erótica y una desmedida ambición de poder y fama, quizá por eso, a la larga, la nobleza y capitanes españoles nunca confiaron en él.[58]

La conquista de México - Tenochtitlan

Cortés arribó a México el primero de febrero de 1519 con 10 barcos y 500 soldados, en Tabasco tuvo sus primeros combates, los cuales ganó, ahí recibió a Malinalli como obsequio de los caciques locales. En Cozumel había rescatado al fraile Jerónimo de Aguilar, quien sería junto con Malinalli el enlace interpretativo del conquistador en los primeros meses de esta saga. El 21 de Abril de 1519 arribó a San Juan de Ulúa y a pesar de la restricción de no fundar colonia permanente, fundó la Villa Rica de la Veracruz, la primera localidad permanente en el continente americano.[59]


Hernán Cortés

En Zempoala tuvo algunas batallas, previas a un acuerdo de colaboración con los totonacos contra los mexicas, logrando de esta forma, mil soldados totonacos más para su ejército. En este lugar recibió una embajada de Moctezuma donde lo colmaron de suntuosos regalos.[60] Algo similar ocurrió con los de Tlaxcala, donde sumó otros dos millares de aliados. En el transcurso a México – Tenochtitlan, el ejército de Cortés, sorprendió a los habitantes de Cholula, donde mató a más tres mil cholultecas.[61]

En Mayo de 1520, Cortés secuestró a Moctezuma II y una docena de nobles mexicas, entre otros a Cuitláhuac, hermano del Gran Tlatoani.


Cortés regresó a Veracruz a negociar con Pánfilo de Narváez, que venía de Cuba por el conquistador, sin embrago lo que se logró fue agregar a cerca de mil nuevos soldados españoles a la conquista. En ese lapso, Pedro de Alvarado no controló una ceremonia en honor de Tezcatlipoca y asesinó y mató en el Templo Mayor a los sacerdotes de esta deidad, lo que desató el enojo de los mexicas contra los españoles. Cortés arribó al Palacio de Axayácatl y para tratar de salvar la situación liberó a parte de los nobles, entre otros: Cuitláhuac, quien tomó el liderazgo de la rebelión contra los invasores. El 30 de Junio de 1520, en un acto desesperado, Cortés pidió a Moctezuma II que en lo alto del palacio exijiera el alto de la revuelta, pero éste, muerió, apedreado por la muchedumbre descontenta. Por la noche, los españoles trataron de huir, pero fueron descubiertos y casi resultó destruido el ejército de Cortés en México – Tenochtitlan, milagrosamente, Cortés y sus capitanes principales lograron escapar por la calzada de Tlacopan (Tacuba), él lloró su derrota en la base de un ahuehuete en el poblado de Popotla, dando píe al episodio de la noche triste.[62] Paradójicamente, Cuitláhuac, vencedor en esa batalla, cayó enfermo de viruela y murió a los pocos días, lo sustituyó un sobrino suyo, príncipe de México – Tlaltelolco: Cuahutémoc. El 7 de Julio, los pocos españoles y tlaxcaltecas que quedaban en píe de lucha hicieron frente y ganaron la batalla de Otumba y prepararon el ataque final a la capital mexica, la cual fue sitiada por 12 bergantines.

Camino antiguo a Guanajuato
Foto: Luís Ibarra

Después de un prolongado sitio y de tener envenenados los suministros de agua, la capital de los mexicas: México – tenochtitlan cayó el 13 de Agosto de 1521.[63]

La conquista en la Gran Chichimeca.

La conquista del norte de Guanajuato tiene dos antecedentes: uno es la llamada guerra del Mixtón, al noreste de Guadalajara y el otro: las relaciones comerciales y de conquista emprendida por los otomíes de Jilotepec, bajo el auspicio de los españoles; ambos eventos ocurrieron en la segunda mitad de la década de 1530.

En 1541, el primer virrey de Nueva España, Antonio de Mendoza, se dio a la tarea de colonizar la frontera norte, a través de la conquista armada y la evangelización.

Antonio de Mendoza,
Primer virrey de Nueva España.

Si bien, la fundación oficial de la primera villa de San Miguel fue en 1542, ya existía una relación comercial y con fines de conquista y evangelización iniciada, entre otros, por Conín o Hernando de Tapia, caudillo otomí, aliado a los españoles, participante en la expansión de la frontera norteña en esos años,[64] desde que ocupó La Cañada, en Querétaro, con indígenas otomíes conversos al catolicismo, quienes, junto con el cacique del señorío de Jilotepec: Nicolás de San Luís Montañés, sojuzgado a su vez por el encomendero de Apaseo: Hernán Pérez de Bocanegra y Córdoba, fundaron Querétaro el 25 de Junio de 1531 y con ella el mito de la batalla de Sangremal y la aparición de la Santa Cruz de cantera blanca, copia de la aparecida junto al Señor Santiago Apóstol, o Santiago matamoros, cabalgando en un caballo blanco, en medio del fragor de la mítica batalla entre otomíes – españoles, contra pames.[65]

En 1546, cuando se descubrieron las minas de Zacatecas, comenzaron revueltas armadas de los chichimecas contra los españoles. Propiamente, la guerra Chichimeca comenzó en 1550, cuando un grupo de zacatecos ataco un convoy español, después los guachichiles y guamares continuaron con ataques esporádicos que se fueron generalizando en toda la gran chichimeca. Por ese entonces se tendió el llamado Camino Real de Tierra Adentro o de la Plata, con el propósito de proteger los cargamentos de víveres o metales.[66]


Fachada del templo de
San Miguel Viejo
Antes de 1992.

Los purépechas, y otomíes, aliados con los españoles, tenían animadversión hacia los chichimecas y se veían atraídos a los salarios en granos y privilegios que los españoles les otorgaban, además de montar a caballo y usar las armas traídas por los peninsulares. Por su parte, los chichimecas, sentían desprecio por los indígenas que habían abrazado la causa de los europeos.[67] A principios de la década de 1550, el poblado del primigenio San Miguel (San Miguel el Viejo), había sido abandonado, después de algunos ataques de indígenas copuces.[68]

Entre 1551 y 1553, el virrey Luís de Velasco, organizó tres expediciones por el Camino de tierra adentro, ordenando la fundación de poblados entre Zacatecas y Querétaro,[69] en 1555, ordenó la refundación de San Miguel con españoles, tarascos (purépechas) y otomíes.[70]

Fue hasta 1557, cuando se descubre la veta madre del mineral de Valenciana y se establece el Real de Minas de Guanajuato, que se funda la primera villa de españoles en Izcuinapan, con el nombre de San Miguel, a un lado del actual paraje del Chorro. Según la referencia de Pedro Vizcaíno, habitante original de San Miguel Viejo, posterior sacristán y gobernador de Xichú de Indios, mencionó: Fray Juan de San Miguel, después de fundar una congregación de españoles e indígenas al margen del actual río Laja (San Miguel el Viejo), partió hacía Río Verde (en la huasteca potosina), pasando por Xichú, con el propósito de evangelizar la Guachichila. Posteriormente (1557), Bernardo Cossin, siguió pasos similares en San Miguel (Izcuinapan), Xichú y Río Verde.[71]

Aunque no se conoce el número de víctimas chichimecas, se conoce el número de las del otro bando: para finales de 1561, más de 200 españoles y 2000 indígenas aliados en los caminos de Guadalajara, Michoacán y México hacia el Norte.[72]

A la muerte del virrey Luís de Velasco en 1564, se sucedieron políticas poco definidas que afectaron a los chichimecas y el proceso de pacificación, ya que ante la falta de mano de obra, los colonizadores esclavizaban a prisioneros chichimecas, si estos sobrevivían al exterminio, lo anterior, a pesar de que el virrey Velasco trato de seguir las Nuevas leyes reales, impulsadas por el dominico Bartolomé de las Casas y promulgadas en 1542 y 1543. De alguna manera, se había iniciado la moralidad de la Guerra Chichimeca, ya que no era claro quién debía pagar la guerra, la corona española o los colonizadores y si estos últimos podían hacer esclavos a los indígenas capturados; a estas indefiniciones, los dominicos habían declarado a los españoles y colonos como invasores de los territorios chichimecas.[73]


Virrey Martín Enríquez de Almanza,
Ordenó la fundación de León, Guanajuato en 1575.

En 1568, el virrey Martín Enríquez de Almanza, ordenó la construcción de presidios (fuertes militares) con el servicio de escoltas militares, a lo largo del camino de la plata,[74] siendo de los más conocidos en la región de San Miguel de Allende los de: Puerto de Nieto, Cerritos, San Felipe, Cofre, Xichú, Jalpa, Tolimán, Valles (en San Luís Potosí) Marfil, Villa de Reyes, Ojuelos,[75] entre otros.

El virrey Martín Enríquez de Almanza, justificó la esclavitud de los indios del norte y logró que la Corona financiara la militarización de la región. En una junta de teólogos y religiosos para discutir las causas justas de la guerra y la esclavitud de los indios rebeldes, se resolvió aprobar el trabajo forzoso de los chichimecas capturados mientras servían y eran adoctrinados en la fe católica. En 1574, en otra junta convocada por el mismo virrey, se aprobó plenamente la guerra contra los chichimecas y se resolvió que los indios capturados sirvieran a los españoles por un término de 13 años, siendo desaprobado ese acuerdo sólo por los dominicos.[76] Los frailes agustinos (principalmente), y franciscanos aprobaron la guerra, pues, el rey Felipe II, había restringido políticamente a las órdenes religiosas, habiendo perdido poder los frailes, debían negociar su participación en la vida política de la Nueva España[77]

En Guanajuato, por esos años, los españoles capturaron con engaños a hombres mujeres y niños para llevarlos a trabajar a las minas, haciendas y sitios tan lejanos como la ciudad de México. Para 1576, en la capital del virreinato habían más de 6,000 chichimecas, de los cuales, la mitad habían sido llevados en calidad de esclavos. El tráfico de esclavos fue un negocio redituable ya que para esas fechas, una india o indio del norte costaba entre 80 y 100 pesos.[78]


Mapa parcial del Camino de la Plata. S.XVI

La idea de crear guarniciones fue lo que motivó la fundación de Celaya (1574) y León (1575) en el bajío guanajuatense, donde por orden virreinal se enviaban indios para que trabajaran en estos poblados defensivos, congregaciones y pueblos de la región, en empresas agrícolas y ganaderas. Lorenzo Suárez de Mendoza, conde de la Coruña, cuarto virrey de la Nueva España, entre 1580 y 1585, duplicó el número de soldados en la gran chichimeca e intensificó la creación de presidios.

Finalmente, fueron los tres últimos virreyes del S. XVI en Nueva España, quienes consolidaron la paz en la región, a saber: El Virrey Alonso Manrique de Zúñiga, marqués de Villamanrique (1585 - 1590, Luís de Velasco II, marqués de Salinas (1590 – 1595), y Gaspar de Zúñiga, conde de Monterrey (1595 – 1604). Ellos moderaron la política esclavista vigente por los altos costos de la guerra. Propuso que los misioneros apoyaran a los soldados a través de la doctrina y promovió la migración de indígenas del centro, a la frontera para marcar el camino sedentario a los norteños, enviaron tlaxcaltecas a la región del río Laja y otomíes a San Luís de la Paz.

En un proceso de asimilación cultural, se les ofreció tierra, tropas, aperos agrícolas, granos, carne de res y alcohol. Con el tiempo, ellos tuvieron que proveerse de su alimento, así los chichimecas se hicieron cada vez más dependientes lo que facilitó el mestizaje étnico y cultural, y en un tiempo relativamente corto facilitó su exterminio cultural y físico. Mónica Blanco, Alma Parra y Ethelia Ruiz Medrano, afirman que el cambio de dieta y costumbres de los grupos indígenas de Guanajuato fue un factor determinante en el exterminio y sometimiento de los chichimecas de la región.[79]

El capitán Miguel Caldera, nacido en Zacatecas, en 1585 realizó la primera negociación de paz con los coras, comenzando el proceso de pacificación de la Gran Chichimeca, proceso que terminaría oficialmente en 1597, razón por la cual, se fundaría en el noreste de Guanajuato la villa de San Luís de la Paz.[80] Para esos momentos, los chichimecas estaban desgastados, ellos habían aprendido a vestirse pero no sabían fabricar sus ropas y la vida seminómada les impedía tener asegurado su sustento por lo que la ropa y la posibilidad de un lugar donde asentarse fue la base de la negociación.[81] En 1598 se firmó un acuerdo de Paz.

Luís de Velasco II
Sexto virrey de Nueva España.

En el proceso de pacificación del siglo XVI, los jesuitas, bajo la anuencia y acuerdo del virrey Luís de Velasco, fundaron San Luís de la Paz y tuvieron la merced del Real de Minas de Palmar de Vega (hoy Pozos, Guanajuato); se establecieron presidios y mercedes de ganado en torno a San Miguel, sentando las bases para las futuras haciendas ganaderas y agrícolas de la región.
Consecuencias de la conquista.

Al irse consumando la conquista del antiguo territorio mesoamericano, el desengaño vino a muchos españoles que esperaban un territorio lleno de riqueza y fama, pero aun faltaba mucho por conquistar y a pesar de la gran oportunidad que representaba la Nueva España, se requería de gran esfuerzo y sacrificio.

En lo político, se comenzó a ejercer el poder a través de un gobierno único, incluso en la guerra del Mixtón, la larga guerra de conquista de la Gran Chichimeca, o de las primeras dos audiencias.[82]
En toda Nueva España, se introdujeron nuevas tecnologías como el hierro y la rueda, la ingeniería en minas, con ellas: nuevas variedades de plantas, animales, y consecuentemente, bacterias, virus y hongos.


Lo anterior, sumado a la exportación a Europa y Asia de productos nativos de América, originó la transformación a nivel mundial, en ocasiones irreversible, de muchos ecosistemas locales; la más de las veces, con consecuencias funestas para la biodiversidad del Planeta. Dentro de las especies exóticas traídas al nuevo continente están, entre otras: arroz, trigo, avena, caña de azúcar, lentejas, habas, garbanzos, ajos, cebollas, ajonjolí, naranjos, plátano, bovinos, ovinos, porcinos, caprinos, gallinas de postura, pollos de engorda, y con ellos, nuevas variedades de insectos y ácaros, como piojos, ácaros, consecuentemente, nuevas bacterias y virus que no tenían depredadores o controles naturales para su rápido crecimiento, tales como: garzas ganaderas, viruela, sífilis, etc.[83]

Las nuevas investigaciones sobre la muerte masiva de indígenas en América, nos indica lo siguiente: El continente americano en 1492 contaba con 80 millones de gente nativa (indígenas), de ellos, 65 millones eran hispanoamericanos, aproximadamente la mitad en el hemisferio sur.

Petroglifo chichimeca,
San Juan Xidó,
Allende, Guanajuato.

Para el año 1700, año en que cambio de familia la Corona española (Borbón por Habsburgo), la población de indígenas se había reducido a solo 5 millones, un promedio cercano a 400,000 muertes por año. Algunos investigadores han señalado como las causas: la conquista y su impacto psicológico, la expansión de la ganadería y la transformación del hábitat original, los trabajos forzados, el mestizaje y las epidemias. Aun así, falta mucho por estudiar y resolver al respecto.[84]

V. El sincretismo en San Miguel.



.
Fachada de la Capilla de
San Miguel Viejo en 2006.

Es en este contexto es que se comienza a dar el proceso cultural del sincretismo[85] entre las creencias indígenas y las peninsulares, amén de haber agregado la conquista a los nuevos habitantes de Hispanoamérica la lengua española como idioma (lengua romance con sus raíces grecolatinas), más la influencia cultural árabe, judio - cristiana y la religión católica romana como la públicamente oficial.[86]

En este proceso de sincretismo, es necesario comprender que en la zona del río Laja, se cuenta con una tradición y bagaje cultural mesoamericano de más de dos mil años antes de la llegada de los españoles al norte de Guanajuato, desde la tradición Chupicuaro, hasta la chichimeca, pasando por la de los llamados prototoltecas. Sumado a lo anterior, recordemos que las expresiones artísticas mesoamericanas fueron abstractas, ideas expresadas artísticamente, llenas de simbolismos y lenguajes encriptados, donde los indígenas conquistados y conquistadores, al encuentro con los españoles, manifestaron con nuevas formas católicas en expresiones de arte tanto elitista como popular[87] la expresión del sincretismo mesoamericano, primero en Nueva España, y después en la República mexicana.

Este proceso se ha transformado con el tiempo en un proceso mixto de asimilación cultural[88] y de aculturación[89] natural.

En San Miguel Viejo podemos observar monumentos astronómicos de uso mesoamericano diseñados como capillas y otros objetos de y para el culto católico.

Marcador Sureste de San Miguel Viejo, simbolismo del infra y supramundo.
Foto: Arturo Morales.

Éstos diseños católicos, se confunden con símbolos mesoamericanos como: la dualidad, las cinco esquinas del universo, los tres niveles en los que vivimos, advocaciones nocturnas de la dualidad, monumentos en forma de cruz asociados a los relámpagos, lluvia y agua superficial, etc.

Las cinco esquinas
Foto: Arturo Morales.

En la fachada principal del templo de San Miguel Viejo, podemos observar la representación simbólica y abstracta de: los meses del calendario ritual, las esquinas del universo para el día y la noche, el símbolo mesoamericano de la fertilidad y el de la resistencia de la mexicanidad. Lo anterior, mezclado en rasgos y diseños románicos y platerescos, reminiscencias del renacimiento europeo, ejemplo de lo anterior es el arco ojival, que da acceso al atrio.

Fachada del templo de San Miguel Viejo. Detalle.
Foto: Arturo Morales

En este proceso de sincretismo existió un fenómeno dinámico de reestructuración gradual del sistema cultural. En él, hay pérdidas, selecciones, redescubrimientos e incorporaciones culturales que prevalecen en su dinámica hasta hoy.

Estos símbolos sagrados que han permanecido por siglos en el inconsciente colectivo de la gente, agregan a las comunidades de personas: valores que se conocen y reconocen en los rituales propios, crean identidad, justifican la esencia del ser en su comunidad y consolidan la estructura social y cultural,[90]propia de estos pequeñas centros humanos sagrados y venerados.

San Miguel el Grande. El virreinato.

En la segunda fundación de San Miguel, acaecida en 1557 por iniciativa del virrey Velasco y el entusiasmo evangelizador de fray Bernardo de Cossin, en torno al manantial de el Chorro, probablemente, un sitio sagrado de los chichimecos, que también era conocido como Izcuinapan, comienza la consolidación de la villa de españoles con sus barrios aledaños de indios como el de Guadiana, Ojo de Agua, Valle del Maíz, etc.

Interior del manantial del Chorro.
Foto Arturo Morales Tirado

Esta segunda fundación se dio en el contexto de la guerra Chichimeca, la construcción y la consolidación de la llamada Ruta de la plata llamada posteriormente Camino Real de Tierra Adentro.[91]

En el tiempo que se estuvo diseñando el actual Jardín principal de San Miguel, el centro social y económico estuvo en torno a los graneros y área de comercio del pueblo, esta zona se ubicó en torno a la actual plaza cívica. Cuando la casa consistorial estuvo terminada en 1736, se trasladó el asiento del poder político y eclesiástico a la actual plaza principal, con el tiempo, se pobló de grandes mansiones y se definieron los portales oriente y poniente de esta plaza.

Gruta seca de: el Chorro.
Foto Arturo Morales Tirado

Como referencia previa a la evolución urbana de San Miguel, cabe mencionar que en el actual territorio del estado de Guanajuato, las primeras ciudades fundadas fueron las siguientes: Acámbaro en 1528, Yuririapúndaro, hoy Yuriria en 1533, Por dos ocasiones: 1542 y 1557, San Miguel.

En 1630, los pueblos guanajuatenses más importantes fueron los siguientes: Como villas de españoles, Guanajuato, León, Silao, Irapuato, Salamanca, San Miguel el Grande y Celaya. Como pueblos indígenas: Cuicillo y San Miguel (en la actual ciudad de León), San Francisco del Rincón, Pénjamo, Numarán, Sumbilla, Yuriria, Apaseo, Tiristarán, San Miguel el Grande, San Nicolás, Maravatío, Irámuco, Eménguaro, Guacindeo, Acámbaro, Xerécuaro, Tarimoro, Coroneo, Puruaga, Aguascalientes (cerca del actual Apaseo el alto). Entre: Chamacuero y Celaya: San José, San Miguel y San Juan.

Los indios de labores se localizaban al rededor de: Guanajuato, Irapuato, Maravatío, Chamacuero, Santiago Neutla, Apaseo y San Miguel el Grande.[92]

En esos momento, el actual estado de Guanajuato pertenecía a la diócesis de Michoacán, con sede en Valladolid (hoy Morelia) y fue en Pátzcuaro y Uruapan, donde se manufacturaron cristos, vírgenes y santos con pasta de caña de maíz (atados de caña de maíz sin hojas, pulidas y cubiertas de estuco y amasadas con jugos de orquídea, nopales y limones), muchos de éstos, con rasgos y espíritu de los indígenas Mesoamericanos.

Considerando la propuesta de Karl Jüng, acerca del patrón primigenio con el cual los pueblos han forjado sus procesos y eventos religiosos a través de la creación de mitos y rituales que se refuerzan entre sí,[93] y descifrado hacia la religiosidad en la vida cotidiana en la propuesta de Joseph Campbell,[94] o interpretado para los mitos mesoamericanos por Alfredo López Austín,[95] podemos comprender muchas de las manifestaciones populares que ocurren en San Miguel de Allende y sus alrededores como expresión del sincretismo de varias tradiciones entre otras: la judeo – cristianas, greco – latinas, y árabes – moriscas, con el gran afluente cultural que representa la cultura mesoamericana con más de dos mil quinientos años de existencia y transformación.

Hoy en día, hay quien descubre en algunas esculturas de caña de maíz, el rostro y piel del jaguar, nahualli de Venus nocturno, asociado con Xólotl – Tezcatlipoca, otros reconocen las tres plumas, símbolo de la resistencia y conquista del espíritu de la mexicanidad, Santos como San Isidro labrador y San Juan, asociados a las lluvias y fertilidad; Las fiestas del Señor San Miguel, como marcador entre el paso de la dualidad fértil a la seca, etc.

Si bien, estos conocimientos se siguen transmitiendo de voz a voz, en un proceso de confianza que se teje y logra lento, al paso de décadas; los rituales sincréticos de las fiestas populares de la región del antiguo San Miguel el Grande, son: eventos de identidad, regeneración de la tradición, voz de los barrios y rancherías que se niegan a perder su sentido de pertenencia a la comunidad, generados a través de rituales donde el alma, la mente y el cuerpo comulgan en las liturgias locales que surgen de las corrientes culturales que se encuentran y se hacen una en el sincretismo mexicano.

Con el paso de más 465 años, desde la fundación de San Miguel por los españoles, el sincretismo cultural local se ha enmascarado en los estilos y modos políticos, económicos, sociales, culturales y hasta ecológicos que se reflejan en los estilos arquitectónicos que prevalecen en el propio San Miguel de Allende o Guanajuato. Por ejemplo, el templo de la Compañía de Jesús, en Guanajuato capital, muestra en su arquitectura las propuestas estilísticas: renacentista, barroca, neoclásica y hasta ecléctica (en su cúpula).

Templo de la Compañía de Jesús,
Guanajuato, Guanajuato.

En San Miguel de Allende, podemos observar de la arquitectura con reminiscencias renacentistas, que nos hablan de los primeros días de la dominación española, las espadañas o campanarios hechos en muros verticales, éstas, son comunes en algunas iglesias de San Miguel de Allende, como las siguientes: templo de Guadalupe en la capilla del colegio dominico Instituto Las Casas, o bien, el templo de la Tercera orden a un costado del de San Francisco.
En cuanto a la manifestación de la arquitectura barroca, promovida por la familia real de los Habsburgo y que tanta asociación tuvo al espíritu mesoamericano por decorar profusamente fachadas y superficies de edificios con símbolos enmascarados en un juego de contrastes entre: volúmenes y superficies planas, líneas rectas y curvas, brillos y sombras, colorido en tonos pasteles y claros, con elementos repletos de ilusiones ópticas y simbólicas; tenemos las plantas de la mayoría de los templos católicos, algunas fachadas como la del templo de San Francisco, La Salud, o el Oratorio.


Carlos II Felipe V,
El Hechizado de Borbón.

Desgraciadamente, más por razones políticas que estéticas, muchos retablos, pintura mural y decorado de paredes de estilo barroco, se perdieron del interior y exterior de los templos católicos, siendo sustituidos por retablos en madera y cantera de tipo neoclásico y por pintura sobria, usando el blanco en la mayoría de las veces.

El estilo neoclásico, fue sobre todo un símbolo de los nuevos tiempos políticos dominados bajo la familia Borbón, al asumir la Corona española: Felipe V de Borbón (nieto de Luís XIV, rey de Francia), sustituyendo, en 1700, al último emperador Habsburgo: Carlos II el hechizado, quien ya no pudo tener descendencia y murió penosamente, como resultado de largos matrimonios endogámicos en esas cortes.


Les Invalides Viñeta de la
París, Francia. Cúpula de las
Monjas, S.M.A.

Aun así, en San Miguel podemos observar grandes obras neoclásicas, como: el campanario del templo de San Francisco o el palacio de los Condes de la Canal.

Parroquia de San Miguel de Allende,
Guanajuato, cerca de 1870.

El siglo XIX en San Miguel de Allende.

Al final del virreinato, que no colonia (por lo que quizá el término de arquitectura virreinal debiera prevalecer sobre el de arquitectura colonial), durante la lucha entre las facciones masónicas desarrolladas en el siglo XIX y manifestadas políticamente en los partidos liberal y conservador junto a las influencias de Estados Unidos, por un lado y de Francia e Inglaterra por el otro, se produjo el estilo ecléctico en algunas construcciones, como: la fachada de la Parroquia, la torre del reloj, o la cúpula del templo de las Monjas, obras de don Zeferino Gutiérrez, inspiradas, y en ocasiones, casi copiadas por completo a partir de postales de la Catedral de Colonia, en Alemania, el Big Ben londinés, o la cúpula de les Invalides en París.

Por lo mismo, afirmar que la arquitectura o estilo de San Miguel de Allende es colonial o que su religiosidad es preponderadamente católica, sería negar los complejos trescientos años de la dominación española, desde los primeros 20, de la primera y segunda audiencias y los siguientes 280 años de virreinato, sería no reconocer el drama del trágico siglo XIX y sobre todo, los años de cultura mesoamericana, que hasta hoy, siguen presentes en las manifestaciones populares, y hasta cotidianas, de los que habitamos San Miguel de Allende, el norte de Guanajuato y los territorios que fueron Mesoamérica y su frontera con la gran Chichimeca en el siglo XVI.

San Miguel de Allende, en la primera década del siglo XX era considerada por Pedro González como: una ciudad decadente, casi en ruinas, habitada por gente de costumbres coloniales, que vive más bien del trabajo de artesanos muy pobres que de lo que la agricultura produce, pues los terratenientes sólo disfrutan de las rentas y los arrendatarios explotan cuanto recogen de los campos mal cultivados dado lo inseguro de las lluvias, …que debio ser bonita en tiempos remotos, hoy muy triste, con agua abundante pero improductiva por que no hay alimentos para aprovecharla, sino en una pequeña fábrica de hilados de unos cuantos husos, con una instalación de tranvías que hace el tráfico interior desde la estación de ferrocarril; con un buen mercado hecho en honor del Nigromante; con templos suntuosos que guardan tesoros de obras de arte, así arquitectónicas como pictóricas y escultóricas; con grandes casas señoriales, pero en calles estrechas y pendientes, amparadas por caducos escudos de armas ; con un comercio muerto y una sistemática oposición a todo lo que significa orden, porque ahí es vileza rendir obediencia sensata a las autoridades constituidas.[96]

La época posrevolucionaria.

Al final de la Revolución mexicana, en México, después de 400 años, se revaloró la cultura mesoamericana, y de alguna manera, se comenzó a mundializar la importancia de ella en el contexto del continente y el planeta.


Parroquia de San Miguel de Allende,
Guanajuato, Principio del S. XX.

Casi paralelamente, con la fundación de la primera escuela de artes en San Miguel de Allende en 1938, por el peruano Felipe Cosío del Pomar y el estadounidense Sterling Dickinson, en el claustro del convento de las monjas.[97]


La presencia de extranjeros y fuereños, promovió involuntariamente, al menos dos grandes fenómenos antropológicos: el promover las tradiciones locales revaloradas y la tolerancia ala convivencia con fuereños y extranjeros.

San Felipe de Jesús,
Primer santo mexicano
Con el cuerpo en forma de cruz
Y lanzas en forma de X.

El sincretismo contemporáneo.

En ese contexto, tradiciones como la del Señor de la Conquista, las yuntas, danza de concheros y hortelanos, se han ido enriqueciendo con un sinnúmero de rituales rescatados, resaltados o promovidos en la última mitad del siglo XX, como los de Ojo de Agua, Valle del Maíz, Guadiana, San José del Obraje, etc. Para muchos, hoy en día es más fácil observar respuestas simbólicas similares entre diferentes tradiciones religiosas, como las cruces, el uso de espejos, colore, velas, luces, fragancias florales, altares fijos redecorados, altares domiciliarios reinventados año con año, la fiesta estridente y catártica de los locos, posadas, día de la Virgen de la Candelaria, etc.

Capilla de San Isidro, en Montecillo de Nieto, y campanario de San Miguelito, en Atotonilco.

De manera más natural y quizá con mayor identidad y veneración hacia las imágenes y ánimas, en la zona rural se observa con mayor evidencia el sincretismo entre las formas aparentes católicas y el simbolismo enmascarado mesoamericano, tanto en las formas como en los rituales y mitos.
Concheros del Anáhuac
Danzan frente a la
Catedral metropolitana,
en la ciudad de México.

Una síntesis de lo anterior lo constituyen instrumentos mestizos como las conchas de armadillo o tradiciones como la misma tradición de la danza de concheros en los atrios católicos y su diseño de crucero de cinco puntos en las celebraciones más connotadas de esta danza, ya en torno a la Catedral metropolitana de la ciudad de México, o las fiestas en el propio San Miguel de Allende o el templo de la Santa Cruz, en Querétaro.


Huehuecíhuatl, carga en su joroba el brasero del fuego nuevo, éste, con la cruz de las cinco esquinas del universo.


Pero quizá el símbolo más sagrado, venerado y sincrético lo constituya la imagen de la Virgen de Guadalupe y los mitos y rituales en torno a ella, desde las nuevas manifestaciones masivas en torno a la nueva santidad de San Juan Diego hasta la imagen simbólica que mayor identidad genera entre los mexicanos, latinoamericanos o sus descendientes allende las fronteras, como lo han sido manifestaciones artísticas y hasta de promoción de los derechos de los trabajadores emigrantes en las principales ciudades de los Estados Unidos y que en Abril y Mayo de este alo del 2006 han emergido como un grupo étnico que comparte más que símbolos comunes.

Imagen original de la
Virgen de Guadalupe.

En esta imagen sagrada en diferentes tradiciones religiosas en México, Latinoamérica y el mundo, los mitos y rituales se recrean en rituales sagrados con fundamentos, teológicos o de teogonía mexicana, creando en el inconsciente colectivo de la mayoría de los mexicanos el símbolo sincrético preponderante del espíritu de México.

Hoy en día, el fenómeno de aculturación que se da en San Miguel de Allende y sus alrededores, alcanza su clímax en las festividades del Señor San Miguel en el mes de Septiembre.


En esta celebración, que desde su reseña, hasta su culminación moviliza a miles de personas en decenas de comunidades del norte de Guanajuato, vecinos del río Laja y barrios de San Miguel de Allende es una expresión viva de la identidad local en trono a mitos y rituales que nos dan sentido de pertenencia comunitaria, ya en el inconsciente colectivo popular, o incluso, en las diferentes expresiones rituales de acuerdo a las diversas clases socioeconómicas o incluso, grupos étnicos.
Xúchil¸ en la entrada principal del atrio de la parroquia de San Miguel Arcángel.

Esta fiesta popular, durante los últimos treinta años ha sufrido un proceso de aculturación importante en sus rituales e incluso sus mitos, sí tenemos que la velación y elaboración de los xúchiles, está ligado a un proceso de mayor participación y en ocasiones, de financiamiento no tan desinteresado o exento de intereses políticos y económicos. En torno a la extracción de cucharilla, se incrementa la conciencia acerca del cuidado del ecosistema y uso más racional de esta planta, para evitar que siga amenazada su existencia y la de otras especies vivas de la meseta central y del norte.

Los caballeros águila desciendes por los cielos de San Miguel de Allende, marcando las cinco esquinas del universo, conmemorando el siglo ritual mesoamericano.

En estos últimos años, la aculturación se manifiesta en danzas prehispánicas de otras regiones de la república mexicana, algunas de ellas, promovidas por comunidades de indígenas residentes en San Miguel de Allende, como parte de un fenómeno migratorio local, atraídos por la oportunidad de vender artesanías en este sitio turístico, tal es el caso de los indígenas totonacos que año tras año participan en esta celebración mítico – ritual, siguiendo los rituales locales, como lo es el encuentro en la Cruz del cuarto y su posterior procesión y danza hacia la Parroquia para culminar con su danza litúrgica conocida como los voladores de Papantla.

El canto posterior a la sanmiguelada.

En este proceso de aculturación, también tenemos el ritual etílico – comercial, típico de la ésta sociedad de consumo mexicana, conocido como la sanmiguelada.
Mojigangas de los grupos de Hermes Arroyo y Polo Estrada en la fiesta de San Miguel Arcángel.

Paralelamente, se dan otros rituales ligados a la creación de mitos por parte de la clase política y algunas de las empresas ligadas a los bares, cerveceras, cantinas, restaurantes, hoteles y promotores de eventos, que van desde: carreras de meseros, la instalación de juegos mecánicos, rodeos, bailes, coronación de reinas y princesas de las fiestas, desfiles de carros alegóricos.

¡Va por México! Cerveza y coca-cola, propuesta contemporánea para la entretenimiento de la juventud mexicana.

Lo anterior se da ante el azoro de los parroquianos que permanecen en la ciudad y la condescendencia de gobernantes y empresarios participantes, una doble moral con reminiscencias de las clases privilegiadas del virreinato, donde éstas toman de rehén a la mayoría para salvar sus intereses de promoción y poder político y económico a partir de promover la sanmiguelada hacia el turismo joven que viene de las principales ciudades aledañas a San Miguel de Allende entre 400 y 500 Kms; Monterrey, Torreón, San Luís Potosí, Aguascalientes, León, Guadalajara, Morelia, Toluca, México y Querétaro, además de las de Guanajuato.

Nuevos mitos, nuevos rituales para el control de masas y grandes beneficios a pequeños grupos, reflejo del primitivo modelo de dominio (económico – político) de la tribu por parte del clan gobernante, que afortunadamente, por lo grotesco y rudimentario del evento, no puede durar más de un fin de semana.
Ruta hacia Cruz del Palmar

Desde luego, existen un sinnúmero de fiestas y manifestaciones populares exuberantes y estridentes como lo son las de los locos, carnaval, y la del Señor San Miguel pero también se dan otros procesos de identidad ligados al campo o los deportes, bellas artes, artesanales, sociales, etc. Todos ellos se dan a la vez en San Miguel de Allende y el Norte de Guanajuato, en un contexto único y complejo que marca la personalidad de los que habitamos esta región, y donde, de una u otra forma, está manifiesta la herencia cultural greco – latina, árabe – morisca, judeo – cristiana, recientemente, la consumista, de acuerdo al modelo de Estados Unidos y, desde luego, la herencia milenaria de Mesoamérica.
Reconocer la complejidad del contexto local en este tiempo y espacio, incluidas las circunstancias políticas, económicas, sociales, ecológicas y culturales, es una necesidad para comprender mejor la riqueza y amenazas de este lugar excepcional, experimentar esta compleja, multiétnica y contrastante sociedad de San Miguel de Allende, con una actitud abierta y tolerante a la diversidad cultural, y participación con la sociedad es un gran avance hacia una mejor convivencia en este espacio único de México.

Atardecer en San Miguel de Allende desde la calle de Correo 46.

Mesoamérica, es una de las claves fundamentales en la comprensión y experiencia de vida de los que habitamos esta región, participar en su conocimiento y reconocimiento en la vida cotidiana de lo sanmiguelense expande nuestra percepción para el mayor deleite y gozo de nuestras horas, días y años en San Miguel de Allende.



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[1] L´Association MArc Bloch. ¿Quién es Marc Bloch?. http://www.marcbloch.fr/esppresentation.html
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[4] LEÓN PORTILLA, Miguel: Mesoamérica una
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[5] LEÓN PORTILLA, Miguel: Mesoamérica una
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[6] Ibid, pp. 18 – 19.
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[10] Promotora española de lingüística; Mesoamérica, http://www.proel.org/mundo/mesoamerac.htm
[11] Solís, Felipe; Cronología de los Aztecas, en: Arqueología Mexicana: “Los Aztecas”, edición especial, No 13, Agosto del 2003. Pág.: 15
[12] Piperno et al. En NEFF, Héctor: Nuestra evidencia primitiva en la ocupación temprana del sur de Mesoamérica, Universidad estatal de California, Long Beach.
[13] FLORESCANO Enrique, “Los orígenes del maíz”. CONACULTA, México, 2000.
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[19] FAMSI, Op. Cit.
[20] GARCÍA, Rubén: Teotihuacan, http://www.geocities.com/eztigma/culturas/teotihuacan.html
[21] SUGIYAMA, Saburo, TORRES PERALTA, Jesús, et al., en: IV Mesa redonda sobre Teotihuacan, 2005http://zapote.radiolivre.org/files/zapote/programamesasdeteoti.pdf y http://www.terra.com.mx/ArteyCultura/formato.asp?articuloid=174893&paginaid=1&formatoId=1
[22] LARIOS VILLALTA, Rúdy; El templo XX de Palenque, un rompecabezas especial. 2001, http://www.mesoweb.com/palenque/features/larios/TXXes.html
[23] SIERRA SOSA, Thelma, Xcambó, codiciado puerto del clásico maya. Universidad de Yucatán, 2002, http://www.uady.mx/sitios/mayas/articulos/Xcambo.html
[24] PIÑA CHÁN, Román. Arte funerario: Las figurillas de Jainá. En Arqueología mexicana, No. 18, 1996, pp. 52 – 59.
[25] Monte Albán, en Artes e historia de México, http://www.arts-history.mx/login_pago.php?URL=/sitios/index.php?id_sitio=572625
[26] Exploraciones de Alfonso Caso, en www.colegionacional.org.mx7casoalfo.htm
[27] MORALES TIRADO, Arturo, Teotihuacan, www.tasma.info
[28] BOWMAN, Heath y DICKINSON, Stirling, Mexican Odyssey, Willett, Clark y Company, Chicago – New York, 1935; pp. 207 – 210.
[29] MANZANILLA, Linda; Informe presentado a FAMSI “Estudio del inframundo en Teotihuacan (7ª. Temporada de excavación( Oct a Dic 1995) en la cueva del pirul, 1996. www.famsi.org/reports/95007es/
[30] El País. Pirámide del Sol, Templo funerario o estatal. 9/11/2005. Madrid, España, 2005. www.elpais.es
[31] NIETO GAMIÑO, Luis Felipe, Cultura tolteca en Cañada de la Virgen, www.mexdesco.com.mx/espanol/historia/No. 229/mzo1996
[32] ZEPEDA GARCÍA MORENO, Gabriela, Cañada de la Virgen, Allende, Guanajuato. “La Casa de los trece cielos” en: Arqueología mexicana. Mayo – Junio 2005, Vol. XIII, Número 73. México, pag. 56.
[33] ZEPEDA GARCÍA MORENO, Gabriela; Ibid.
[34] Ibid.
[35] Ibid. Página 57.
[36] Ibid.
[37] Ibid. pp 58 y 59.
[38] ZEPEDA GARCÍA MORENO, Gabriela, et al. Cañada de la Virgen, www.sanmiguelguide.com/canada-de-la-virgen/esp.htm

[39] Cóporo, www.ruelsa.com/gto/edo1.html#documentos
[40] CASTAÑEDA, Carlos; Zona arqueológica de Plazuelas, Guanajuato. en: Arqueología mexicana. Mayo – Junio 2005, Vol XIII, Número 73. México, pag. 14.
[41]Arcamobe http://perso.wanadoo.fr/patzcuaro/mx/01/mx/01hist00.htm
[42] Tzintzuntzan; www.cnca.gob.mx/cnca/inah/zonarq/tzintzun.html
[43] Arcamabe, http://perso.wanadoo.fr/patzcuaro/mx/01/mx/01hipa18.htm
[44] SOLIS OLGUÍN, Felipe; Cronología de los aztecas, en Arqueología mexicana, Aztecas, México, Edición especial, Abril del 2003, pag. 15.
[45] Tenochtitlan, www.artehistoria.com/frames.htm?http//
[46] SOLIS OLGUÍN, Ibid
[47] MATOS MOCTEZUMA, Eduardo, La cosmovisión de los aztecas, en http://www.mexicodesconocido.com/espanol/historia/prehispanica/detalle.cfm?idcat=1&idsec=1&idsub=9&idpag=4036 , México, 2003.
[48] Museo Nacional de Antropología, http://www.mna.inah.gob.mx/
[49] Museo del Templo Mayor. http://www.conaculta.gob.mx/templomayor/
[50] BLANCO, Mónica; PARRA, Alma y RUIZ MEDRANO, Ethelia; Ibid, pp. 24 a 36.
[51] BLANCO, Mónica; PARRA, Alma y RUIZ MEDRANO, Ethelia; Breve historia de Guanajuato. Fondo de cultura económica y Colegio de México, 2000. pp. 24 a 36.
[52] WRIGHT CARR, David Charles, Lengua, cultura e historia de los otomíes, en Arqueología mexicana, vol. XIII, num. 73, Mayo – Junio del 2005, CONACULTA, pag. 29.
[53] WRIGHT CARR, David Charles, El papel de los otomíes en las culturas del altiplano central. En Relaciones, estudios de historia y sociedad, num.72, otoño de 1997. El Colegio de Michoacán, pp. 225 – 243.
[54] Gobierno del Estado de Guanajuato, Historia prehispánica, www.guanajuato.gob.mx/.../ images/chichimeca.jpg
[55] GARCÍA, José Omar, Nación chichimeca, en: http://www.sanluisdelapaz.com/cmsystem/index.php?categoryid=25 San Luis de la Paz, 2001.
[56] BLANCO, Mónica; PARRA, Alma y RUIZ MEDRANO, Ethelia; Op cit, pp. 37 y 38.
[57] MARTÍNEZ, José Luís: La personalidad de Hernán Cortés en , en Arqueología mexicana, vol. XIII, num. 73, Mayo – Junio del 2005, CONACULTA, pag. 29.
[58] MARTÍNEZ, Ibid.
[59] HERNÁNDEZ, Karla, Siguiendo la ruta de Cortés, de Veracruz a México, en, Arqueología mexicana, vol. XIII, num. 73, Mayo – Junio del 2005, CONACULTA, pag. 29.
[60] ENCICLOPEDIA WIKIPEDIA, Hernán Cortés, http://es.wikipedia.org/wiki/Hern%C3%A1n_Cort%C3%A9s
[61] HERNÁNDEZ, Op cit.
[62] HERNÁNDEZ, Ibid.
[63] MORENO, Felipe, Descubrimiento y exploración de México, en: México – Tenochtitlan . http://www.mexico-tenoch.com/emmarca.php?de=
[64] WRIGHT CARR, David Charles; La conquista del Bajío y los orígenes de San Miguel de Allende, México, Fondo de cultura económica – Universidad del valle de México., 1999.
[65] LOARCA CASTILLO, Eduardo, et al .Tesoros de la Ciudad de Querétaro, Suari – Azabache y Gobierno del Estado de Querétaro, Querétaro, 1992, pp. 18 – 26.
[66] MONRROY CASTILLO, María Isabel y CALVILLO UMA, Tomás; La guerra chichimeca, en: Breve historia de San Luis Potosí, México, Fondo de cultura económica, 1997, en su versión digital: http://omega.ilce.edu.mx:3000/sites/estados/libros/sanluis/html/sec_19.html
[67] MONRROY CASTILLO, María Isabel y CALVILLO UMA, Tomás; La guerra chichimeca, Ibid.
[68] BLANCO, Mónica; PARRA, Alma y RUIZ MEDRANO, Ethelia; Breve historia de Guanajuato. Op cit, pag. 48
[69] MONRROY CASTILLO, María Isabel y CALVILLO UMA, Tomás; La guerra chichimeca, op cit.
[70] BLANCO, Mónica; PARRA, Alma y RUIZ MEDRANO, Ethelia; Breve historia de Guanajuato. Op cit, pag. 48
[71] MONRROY CASTILLO, María Isabel y CALVILLO UMA, Tomás; Los Franciscanos en Ríoverde, de: Breve historia de San Luis Potosí, México, Fondo de cultura económica, 1997, en su versión digital: http://omega.ilce.edu.mx:3000/sites/estados/libros/sanluis/html/sec_19.html
[72] BLANCO, Mónica; PARRA, Alma y RUIZ MEDRANO, Ethelia; Breve historia de Guanajuato. Op cit, pag. 48
[73] BLANCO, Mónica; PARRA, Alma y RUIZ MEDRANO, Ethelia; Ibid, pp. 48 – 50.
[74] MONRROY CASTILLO, María Isabel y CALVILLO UMA, Tomás; La guerra chichimeca, op cit.
[75] BLANCO, Mónica; PARRA, Alma y RUIZ MEDRANO, Ethelia; Breve historia de Guanajuato. Op cit, pp. 45 y 55.
[76] BLANCO, Mónica; PARRA, Alma y RUIZ MEDRANO, Ethelia; Breve historia de Guanajuato. Ibid, pp. 51 - 54.
[77] Ibid. Pp. 51 – 52.
[78] Ibid, pag. 52.
[79] BLANCO, Mónica; PARRA, Alma y RUIZ MEDRANO, Ethelia; Breve historia de Guanajuato. Op cit, pp. 56 y 57.
[80] Powell, W. Philip, Capitán mestizo: Miguel Caldera y la frontera norteña. La pacificación de los chichimecas (1548-1597), Fondo de Cultura Económica, México, 1997, pp. 33, 154
[81] MONRROY CASTILLO, María Isabel y CALVILLO UMA, Tomás; La guerra chichimeca, Ibid.
[82] Los abusos cometidos por los oficiales reales que gobernaron a la Nueva España durante el viaje de Cortés a las Hibueras (Honduras), determinó su sustitución por otra forma de gobierno denominada Audiencia. / La Audiencia tenía funciones gubernativas, administrativas y judiciales. La estructura de la Audiencia estaba integrada por un presidente y cuatro oidores. / El presidente de la Primera Audiencia en la Nueva España fue Nuño de Guzmán. Entre los encargos a resolver por la Primera Audiencia se consideró fijar los límites de los territorios conquistados y por colonizar y la catequización de la población indígena. / Tanto el presidente de la Primera Audiencia, Nuño de Guzmán, como los oidores, en lugar de cumplir con el encargo de la corona, pusieron todo su empeño en buscar cómo enriquecerse. / El resultado negativo de la Primera Audiencia provocó la institución del gobierno virreinal, aunque mientras se designaba al virrey y éste llegaba a la Nueva España, hubo de nombrarse una Segunda Audiencia, donde uno de los oidores fue el renombrado Vasco de Quiroga, Tata Vasco ILCE, La primera Audiencia, .http://redescolar.ilce.edu.mx/redescolar/efemerides/diciembre/conme13.htm
[83] MORENO Felipe; Descubrimiento y exploración de México; en México – Tenochtitlan. http//www.mexico-tenoch.com/emmarca.php?de=
[84] EDICIONES DOLMEN, La caída de la población indígena, en: Arte historia, España, 2002. http://www.artehistoria.com/frames.htm?http://www.artehistoria.com/historia/contextos/1532.htm
[85] De acuerdo a la enciclopedia Wikipedia, Sincretismo: Fusión o mezcla de elementos distintos: ‘Sincretismo cultural (o religioso)’. WIKIPEDIA, Sincretismo, http://es.wikipedia.org/wiki/Sincretismo, 2006.

[86] Ikram Antaki, se refería a estos cuatro pilares de la cultura mexicana en muchas de sus alocuciones radiofónicas en los años noventa del siglo XX en México.
[87] BARTRA, Eli, Más allá de la tradión: sincretismo, género y arte popular, Estudios interdisciplinarios de América Latina y el Caribe, Universidad Metropolitana – Xochimilco, México, 1999, http://www.tau.ac.il/eial/IX_1/bartra.html
[88] Referida al proceso de adqusición de los patrones de comportamiento y cultura del grupo dominante políticamente, que en general impone su cultura a los conquistados.
[89] Calle Sosa, José Luís, la define como: La aculturación es el procesos de aprehensión de una determinada cultura. Supone el conocimiento, la interiozación, valoración, identificación y manejo dinámico de los valores culturales. La aculturación como proceso es la 'encarnación' que realiza un individuo en su propia cultura en constante interacción con sus iguales y la naturaleza. Para más definiciones consultar: www.psicopedagogia.com/definicion/aculturacion
[90] TREJO, Silvia; La imagen del guerrero victorioso en Mesoamérica, en: www.ejournal.unam.mx/cultura_nahuatl/ecnahuatl31/ECN.3110.pdf. México, 1990.
[91] BLANCO, Mónica; PARRA, Alma y RUIZ MEDRANO, Ethelia; Breve historia de Guanajuato. Op cit, pp. 56 y 57.

[92] [92] BLANCO, Mónica; PARRA, Alma y RUIZ MEDRANO, Ethelia; Breve historia de Guanajuato. Op cit, pp. 64 – 66.
[93] SAÍNZ, Fermín; La psicología de Carl Jüng en el Mundo, Dpto de Psicología y Educación Universidad Centroamérica de José Simeón Cañas. Artículo reproducido de la Revista de Psicología de El Salvador 1991. Vol X, n° 41, pags. 179-205
http://www.psicomundo.org/jung/textos/saenz.htm
[94] CAMPBELL,Joseph, The power of mith. Entrevista con Bill Moyers, N. Y. 1988.
[95] LÓPEZ AUSTIN, Alfredo; Los mitos del tlacuache, México, Fondo de cultura económica, 1988.
[96] GONZALEZ, Pedro, Geografía local del Estado de Guanajuato, Guanajuato, 2000, Nuestra cultura en Ediciones la rana, pp. 594 y 595.

[97] COSÍO DEL POMAR, Felipe; Iridiscencias, 1942

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